Siempre se ha dicho que nunca llueve a gusto de todos y, en estos tiempos de tantísima agua, se hace patente.
En efecto, hoy y tras tener que suspender una rutilla por La Contraviesa (os debemos una José y Rosi) ha estado el día encapotado en casi toda la provincia, supongo, y aquí, Al sur de Granada, también. Menos mal que a última hora de la tarde me he escapado con Cuca a dar un paseo entre las nieblas del Conjuro motrileño y las estribaciones de la Sierra del Jaral. Tranquilidad absoluta, paz, silencio, magia de neblinas, Motril iluminado al fondo... Y rumor de agua en cada recodo del camino, fuentes secas que han renacido (la de la foto apenas la he visto alguna vez con un hilillo de vida y ahora...), barro, tierra empapada, verde, hierba, musgo... Y desprendimientos de taludes y balates por doquier que provocan no pocos sustos como el corte de la carretera de Gualchos que me he encontrado de bruces en la bajada. 10 minutos antes y tal vez ahora no lo cuento...!
Lo dicho, la lluvia tiene su cara de belleza y su cruz de daños y perjuicios, que no sea demasiado. Seguiremos cogiendo el paraguas y, con agua o sin ella, a pasear al campo! Saludos.
Nunca llueve a gusto de todos ni de todas. Bonita fuente e interesante enclave el Conjuro. Por cierto tus fotos son muy buenas,sobre todo las flores de los almendros aunque se puede mejorar, las mías son mejores. Venga, caminante que se hace camino al andar.
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