sábado, 20 de marzo de 2010

el bastón de Ízbor


Buenas

Que levante la mano quien sepa dónde está Ízbor. Ya, ya veo muchos brazos levantados pero, honestamente, ¿quién ha estado alguna vez en este pueblo que forma parte del municipio de El Pinar? ¿Sabe alguien lo que hay que en este pueblo o en el cercano anejo de Los Acebuches?

Bueno, como a vosotros, a mí también me suena Ízbor porque hemos pasado decenas de veces cerca, por la carretera de la Costa, atravesando los sucesivos puentes/viaductos que jalonan este trayecto. Pues bien, ahora que la autovía pasa un poco más lejos, es el momento ideal para acercarnos hasta este trocito de la provincia y conocerlo de verdad.

Lo primero será salir de la autovía y por la nueva rotonda del reloj de sol -¡qué poco ha funcionado estos meses!- llegamos al viejo puente de piedra junto al túnel. Atrás quedan esas caravanas de coches, atasco de camiones o Alsinas en el túnel, gente llenando garrafas en la fuente que, por cierto allí sigue junto a un sorprendente aljibe de piedra. Es impresionate ver la sucesion de puentes -de 1866, de 1990 y de 2008- que se han ido levanatando en esta carrera contra el tiempo y contra, claro está, la naturaleza (¿es el precio que pagamos por el progreso?) Comentaros que, si os fijáis bien, en la base del viejo puente de piedra se ven los cimientos de otro puente anterior, parte del camino arriero de toda la vida que evitaba esta quebrada imponente del río Ízbor o río Grande. Estamos junto al núcleo de Los Acebuches, un lugar al que merece la pena echar un vistazo, acercarse hasta la era del algarrobo -ya veréis qué ejemplar- contemplar las huertas, bancales de olivos y acebuches claro. Desde aquí parte una vereda secular que comunica con Ízbor, muy chula, junto a la acequia, pero que no os recomiendo ahora mismo porque está cortada por enormes desprendimientos.



Ízbor parece esconderse del mundo y se haya encaramado a la colina, entre tremendos cortados. El agua corre por doquier y es que, al fondo, ruge el desagüe del pantano de Béznar y su muro aparece amenazador, a mi gusto. Vale la pena pasear por el entramado de calles con sabor alpujarreño, a pesar de las construcciones modernas y desafortunadas que, como en tantos otros sitios, le han quitado encanto a este hermoso y desconocido pueblo. Pero bueno, aún conserva sitios interesantes: la iglesia, la torre morisca, algunas casas, callejas, el molino, vista a Sierra Nevada... Y gente con la que conversar como la que me encontré paseando hace algunos días por allí. Tan absorto estaría con lo que me contaba un lugareño -la pista que va a la Venta de la Cebada, otras veredas interesantes para andar, cómo se mueve el pueblo, el pantano...- que por allí, en algún rincón, me dejé el bastón de campo que me hizo el amigo Paco Pérez. Pues nada, si alguno lo encuentra, que dé señal.  Salu2

2 comentarios:

  1. Pues si mejor explicado imposible ese es mi pueblo, el mejor del mundo entero

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  2. Yo soi de izbor y pienso k es expectacular y mencanta no lo cambiaria pornada

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